![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjxJ11-GD1YtImy4ukEpTBRKmPcFsZ_o4VECB1T84RSVpx-UJ8GEKfihYIuNZiPXjr8GWTX75WG9KXGixH7tdvErFgA19igEVuCFNqZYgibqjD50ubzPK-FdEHQv60WZIiePjpNEHdSNeU/s400/5ggg.jpg)
La denominada “guerra comercial” entre China y Estados
Unidos ha comenzado a inicios del 2018. En donde ambos se han declarado la
guerra, por medio de aranceles a sus productos, estamos a mediados del 2019 y
aún no cesan los ataques de ambas partes. Además, de la batalla por la “5G”.
Los más perjudicados, sin duda, empiezan a ser los empresarios y ciudadanos de
dichos países. Quienes han gobernado a EE.UU. siempre han buscado ganar frente
a otros países, no agachar la cabeza, ni dar un paso en retroceso. Además de
imponerse como el “país modelo”, autoridad paternal de los demás gobiernos,
quien siempre tiene la razón y no acepta perder. Son por esas características
que se ha mantenido como potencia hasta el día de hoy. El problema que agrava
la situación y se ha convertido en el eje de este meollo, es que China posee la
red 5G, al que EE.UU. todavía no ha accedido, ni ha podido desarrollar. En
China las cosas funcionan diferente, pues existe la “Ley de Inteligencia
Nacional de China de 2017" (las compañías chinas deben brindar asistencia,
cooperar en el trabajo de inteligencia nacional chino, donde sea que operen).
Por ello, EE.UU. ha tratado de boicotear a la empresa china Huawei con ataques
o falsas noticias en las redes. Trump, mediante un decreto firmado el 15 de mayo de este año ordenó a las compañías
estadounidenses no hacer negocios con Huawei. Luego la Oficina de Industria y Seguridad de los EE.UU. (BIS) puso en
su lista negra a Huawei. Además de presionar a otros países a que hicieran lo
mismo. El afán americano es que sea AT&T, quien tenga el control de la 5G y
no China. Pues quien tenga control de ella, lo tendrá de la información y del
conocimiento. Pero, vemos que la falta de competitividad estadounidense va más
allá, pues hasta han detenido a la hija del presidente de dicha empresa,
imputándole delitos de espionaje, alianzas con Irán y robo de tecnologías. Esto
demuestra que EE.UU. no permitirá ser destronado, ni tampoco compartir su lugar
con nadie. Y justamente, el presidente estadounidense, Donald Trump, ha
empleado artimañas para poder detener los avances de China en la economía y así
evitar ser desplazados. La primera medida se dio a mediados de enero del 2018 firmando la ley que imponía aranceles tanto a paneles
solares como a lavadoras de ropa importadas de China. Fue Trump quien iniciara
con esta serie de ataques al país asiático. Indicó que esta medida protegería a
los trabajadores de las fábricas creadoras de dichos productos y de que permitiría el desarrollo del país. Lo
cierto es que China no se quedó atrás y respondió del mismo modo, aplicando
gravámenes de casi 110, 000 millones de dólares en importaciones estadounidenses.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj6u3LbaAVIshcuMs1u1dTfFOo3TMZ4w6esUiJL12Krd0WgcCYK_wG55q0QjSQD85Z5hkF5NYNXz_JaE04ZC1MTMM7trIbdJ59DV6lNszTR-jXI_0N3iTiM7r1gZsGtwxuaBoPDFfzwAhQ/s640/peleee.png)
Los chinos buscan ser potencia mundial y lo están logrando pues sus avances en
distintos ámbitos y sobre todo en lo económico son muy acelerados. Asimismo,
hay estudios que demuestran el desarrollo de la misma y estiman que si siguen
así, dentro de un par de años China será la próxima potencia. Cambiando, de esa
manera, el rumbo del mundo. Sin embargo, dentro de todos estos enfrentamientos,
también se han dado negociaciones, aunque sin llegarse a ningún acuerdo.
Estados Unidos, por su parte, pone condiciones a su adversario, algunos de
ellos son: que China incremente sus compras de productos estadounidenses,
aumentar la protección a la propiedad intelectual, poner restricciones a China
en la inversión en tecnología, atender la protección y regulación cibernética,
entre otros temas. Aunque China no ha accedido a ellos. Por lo que, Donald
Trump, a través de su cuenta en twitter posteó lo siguiente: “China lo está
haciendo muy mal, su peor año de los últimos 27, en el que se suponía que
comenzaría a comprar nuestros productos agrícolas y no hay señales de que lo
estén haciendo.” Trump, cree que China está tratando de alargar la situación
hasta que se den las próximas elecciones estadounidenses del 2020, creyendo que
él ya no será reelegido. A lo que anunció con imponerse con más fuerza si gana
las elecciones presidenciales. Pero aun así China no titubea y, por el
contrario, pide que se anulen las barreras arancelarias. Ya estamos 2019 y la
próxima reunión se dará a principios de octubre de este año en Washington. Es
necesario que se llegue a una pronta solución del conflicto, pues esto afectará mucho más a ambos países y, por
tanto, a otros también (incluido el Perú) que dependen de ellos. El incremento
de los aranceles a los productos, ya está perjudicando a los empresarios y a
los ciudadanos (afectando a sus bolsillos), pues los precios de muchos
productos empiezan a subir. Por su parte, China no se afecta directamente ya
que posee industria. Hasta cierto punto las acciones del presidente Trump se
pueden justificar, pero es irónico que denuncien de espionaje, cuando ha sido
esa su labor de ellos durante años, mediante organismos como la CIA, de cómo se
infiltraban en varios países financiando marchas para derrocar gobiernos que no
simpatizaban con el suyo, y así muchas otras acciones, solo para defender sus
causas sin importarles la libertad e independencia de los demás.